Al buscar formas de rellenar nuestros paquetes, no siempre nos detenemos a pensar qué tanta repercusión ecológica podría tener cuando estos productos hayan cumplido su cometido. Actualmente contamos con la posibilidad de elegir métodos distintos con el mismo objetivo de preservación ambiental. Aquí algunos ejemplos de rellenos ecológicos para cajas:
Cacahuate
A diferencia de sus contrapartes hechas de poliestireno, los cacahuates Biofill obtienen su materia prima de las resinas de maíz grado industrial importadas desde Estados Unidos. Esta condición natural y completamente orgánica abre posibilidades de reciclaje necesarias para los tiempos modernos: puede reutilizarse cuantas veces se requiera, usarse como composta o desintegrarse bajo la acción del agua.
Contrario al mito popular, este relleno no atrae fauna nociva ni microorganismos al empaque porque en el proceso de fabricación se eliminan todos los azúcares y compuestos orgánicos susceptibles a la descomposición. Asimismo, han sido avalados para el transporte de materiales susceptibles a la estática. Todo esto, sin perjudicar su fortaleza y ductilidad.
Papel
Esta técnica de envoltura y protección ha sido ampliamente utilizada por la empresa Ranpak en sus tres productos principales (FillPak, PadPak y WrapPak). Ocupa láminas de papel Kraft reciclado que se vuelve un material resistente al impacto y los golpes. Sin embargo, lo más relevante es que el producto final puede ser reciclado, reutilizado y biodegradado sin perjuicio al medio ambiente.
De hecho, el método de papel es ampliamente aceptado por la industria: 9 de cada 10 personas preferirían usarlo por ser uno de los materiales más reciclados. Hay un retorno de materia prima permanente, como parte de una misma cadena de producción. Tales iniciativas le han valido a Ranpak varios reconocimientos como el del Consejo de Administración Forestal y el Sustainable Forestry Initiative.
Bolsas de aire
Este sistema utiliza bolsas de plástico biodegradable que luego son introducidas a una máquina que genera patrones tipo panal con aire en su interior. La gran variedad de posibilidades tanto de configuración como acomodo dentro de una caja son la clave de su flexibilidad.
Esto no los exenta del compromiso ecológico: más del 80% del material que ocupan estas bolsas proviene de fuentes recicladas. También cuentan con certificaciones antiestática y de fortaleza estructural. Incluso existe un producto especial que se biodegrada en contacto con otros materiales biodegradables; así se garantiza una integración absoluta con el ambiente.
¿Cuál me conviene?
Todo depende de las especificaciones precisas en cuanto a embalaje, productos a transportar, economía y ritmo de producción. A pesar de sus diferencias, los tres métodos cumplen con estándares ambientales dentro y fuera de su país de origen. Si existen dudas o quieres conocer más acerca de estos rellenos, acércate a un asesor técnico de Grupo Velpak. ¡Nos encantará ayudarte!