Desde la firma del Acuerdo de París en 2016, surgieron compromisos renovados de la mayoría de los países para mejorar las condiciones del cambio climático. A través del documento firmado, establecieron que este fenómeno fue potenciado por la altísima actividad industrial de los últimos 200 años. Como bien sabemos, el principal responsable del efecto invernadero –por tanto, del peligroso calentamiento global– es el dióxido de carbono. El documento establece que todas las naciones firmantes deberán topar y luego disminuir sus emisiones de CO2 antes de 2050, bajo la premisa de un concepto conocido como neutralidad del carbón. ¿Qué significa?
Ni más, ni menos carbono
Hoy en día, la concentración de CO2 en la atmósfera es de 415 partes por millón (ppm). De no ejecutar acciones a corto y mediano plazo, este número seguirá aumentando hasta alcanzar cifras indicativas de un calentamiento igual o mayor a 3 grados centígrados. Si bien el efecto último del calentamiento se traduce en el derretimiento de los polos y el consecuente aumento del nivel marino, actualmente son visibles otros efectos colaterales: incendios frecuentes, cambios del clima en distintas regiones, alteración de ecosistemas, entre otros.
A partir del Acuerdo de París entró el concepto de neutralidad de carbono: es decir, un balance cero de las emisiones provocadas por el hombre y la absorción del material mediante sumideros de carbón (carbon sink) naturales; pueden retener el exceso de CO2 por tiempo indefinido. Ejemplos de esto son todos los bosques del mundo, pues los árboles atrapan el gas y lo almacenan en sus troncos; de ahí que la tala indiscriminada, incendios forestales los cambios de uso de suelo liberan carbón excedente a nuestra atmósfera.
Para poner en perspectiva la urgencia de equilibrar emisiones y absorción, un dato revelador: según estimaciones, el carbón emitido en 2017 alcanzó las 37.1 Gt (gigatoneladas); los sumideros naturales remueven entre 9.5 y 11 Gt de CO2 cada año. Se busca, a través de políticas multinacionales, reducir hasta en 40% la producción de gases invernadero para 2030, y después con ello alcanzar la neutralidad. Países europeos han establecido fechas finales en las que desean lograr el objetivo: Suecia en 2045, Francia y el Reino Unido en 2050. Nuestro país ha visto reducciones importantes durante los últimos años: 2.8% menos de CO2 mexicano en la atmósfera global, y se espera que siga disminuyendo.
Todas las industrias deben realizar acciones contundentes para reducir su huella ecológica. Desde la instalación de filtros, hasta un cambio radical en los procesos de producción masiva. Toda actividad humana genera emisiones de CO2, directa o indirectamente, entonces lo que se busca es la realización de acciones que disminuyan estos parámetros a niveles sostenibles.
Sustentabilidad para todos
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